A veces, los diseños más personales se convierten en productos masivos. Lo que era
subversivo, iconoclasta y único acaba por ser un producto de consumo de masas,
un objeto Pop.
La afirmación que llena el párrafo anterior se queda un
tanto desamparada sin un ejemplo, de
modo que ahí va uno: Hasta hace unos años, la camiseta negra con diseños
chillones –habitualmente relacionados con la música y sus bandas- era coto
exclusivo del heavy metal.
Hoy por hoy, cualquier muchachuelo suele llevar una camiseta de Led Zeppelin o de Rainbow
sin saber quiénes son Jimmy Page o Ritchie Blackmore. No los culpemos: es la
televisión y la sociedad, que los adocena.
Los símbolos
personales, lo que nos diferencia, convertido en objetos producidos en
serie. Aparte del orgullo porque nos imiten o porque servimos de ejemplo, ¿qué
nos queda?
Camisetas personalizadas de rompe y rasga
Nos queda renovarnos. Romper
con la ruptura. Imaginación. Un servidor, que subversivo es un rato, pero
que anda escaso de inventiva, no se ve capaz de proponer ideas concretas.
Bueno, sí: en realidad sí que podría ofrecer unas cuantas ideas. Media docena
de diseños que pueden valer la pena. Pero no voy a hacerlo.
No voy a exponer posibilidades con imágenes y letras por un
motivo muy sencillo: son mis ideas,
mis diseños, de modo que si alguien los toma como guía, ¿qué tendrían de
personales?
Lo que no tiene por qué ser personal es el modo de realizar las ideas, de plasmarlas. Basta
con que las elaboremos, bien directamente por medios informáticos, bien de otra
forma para luego digitalizarlas. Hecho esto, las enviamos a imprimir.
Y a esperar a que nos copien y tengamos que romper con la
ruptura de la ruptura.
Marca la diferencia y destaca con una camiseta estampada original
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