Tazas personalizadas que juegan con los sentidos
Juguemos con los sentidos. Es un juego divertido: la idea es engañar al gusto con la vista y a la
inversa. La mente humana se mueve en gran medida por esquemas que, en ocasiones
es divertido romper: una ruptura que puede hacerse a través de los sentidos.
Un juego divertido
Para ilustrar la idea, recurramos a un juego ya muy conocido:
escribimos los nombres de media docena de colores, pero a cada nombre la damos
un color diferente, que no coincida con el suyo.
Al rojo lo pintamos de verde,
al azul de amarillo… Y le pedimos a alguien que toque la palabra, por ejemplo,
escrita en rojo. Se produce un efecto
curioso, observemos.
De la misma forma, podemos jugar con vista y gusto: ofrezcámosle un café a alguien en una taza verde, con la leyenda “Té”: no se
sabe muy bien por qué, el café le va a dejar un regusto diferente.
Ahora, un juego en el que participa sólo la vista: imprimamos
una amplia sonrisa en una taza, en el cuarto superior. Al beber, si miramos a
quien tenemos enfrente, esta persona percibirá que le estamos sonriendo.
Del
mismo modo, si lo que estampamos en la taza es un frondoso bigote y quien bebe
es una bella dama, la sensación
resultará chocante.
Juguemos con la comida
Cualquiera de estos juegos, cuyo funcionamiento está de
sobras probado, supone un sanísimo divertimento para el que sólo se precisa un
poco de ingenio, un diseño adecuado y un lugar donde imprimir
nuestras tazas personalizadas. No es mucho a cambio de
un buen rato.
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